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Agriculture and rural development

Cerveza Münchener («Münchener Bier IGP»)

La indicación geográfica protegida (IGP) garantiza que al menos una de las fases de producción, transformación o elaboración se lleva a cabo en la región.

Orígenes

Mucha gente ha oído hablar de la «Reinheitsgebot» o ley alemana de pureza de la cerveza, que tradicionalmente limita los ingredientes de la cerveza alemana únicamente a cebada, agua y levadura. Sin embargo, ¿sabía usted que en Múnich se aprobaron normas propias al respecto en 1487, es decir, 29 años antes de la creación del código aplicable a toda Baviera, que más tarde se convertiría en la normativa para toda Alemania?

Este compromiso con la cerveza de alta calidad está estrechamente relacionado con la identidad de la ciudad a lo largo de su historia, tanto que incluso estuvo a punto de provocar una revolución. En 1844, hubo una oposición tan violenta y generalizada a la subida de los impuestos de la cerveza que casi desencadena el derrocamiento de la monarquía. En la actualidad, la reputación de la cerveza de Múnich está tan extendida mundialmente que más de 6 millones de visitantes se desplazan cada año hasta la ciudad para probarla en el «Oktoberfest».

Existen multiples variedades de la cerveza de Múnich, desde la «Helles» dorada hasta la «Doppelbock» oscura, cada una con su sabor particular; pero cada vez que usted adquiere una cerveza Münchener está bebiendo una cerveza cuya reputación de calidad se ha ido construyendo a lo largo de 500 años.

Marienplatz, Múnich
"Marienplatz" by Ashwin Chandrasekaran licenced under CC BY-SA 2.0

Producción

El primer ingrediente clave de cualquier cerveza excelente es el agua de calidad, y la utilizada por las cervecerías de Múnich proviene de los pozos profundos de la propia ciudad. Este agua se extrae a través de capas de pizarra formadas hace millones de años y vincula directamente la cerveza Münchener a la ciudad misma.

A continuación, el agua se mezcla con el cereal malteado en bruto y la mezcla resultante se va removiendo y calentando a diferentes temperaturas. Este proceso activa las enzimas de la malta, lo que hace que sus componentes sean fácilmente solubles.

Después de la «filtración», cuando se filtra el mosto o las sustancias insolubles se decantan, se añaden los lúpulos y la mezcla obtenida se hierve entre 1 y 2 horas. Esto descompone los sabores y componentes del lúpulo, lo cual elimina las proteínas que afectarían a la durabilidad y el sabor de la «Münchener Bier (IGP)»

Una vez que se han separado los componentes sólidos aún presentes en el mosto, este se enfría y se lleva a las cubas de fermentación, donde se añade cuidadosamente la levadura. Todos los cultivos de levadura que se utilizan en la cerveza de Múnich proceden de una misma célula de levadura, por lo que todas ellas tienen cualidades idénticas. Al añadir la levadura se desencadena el proceso de fermentación, que dura entre 4 y 8 días. La levadura transforma el azúcar disuelto en la malta en cerca de un tercio de alcohol y alrededor de otro tercio de dióxido de carbono. El resto lo constituye la malta sin fermentar, que determina el sabor y las características de la cerveza.

Cuando la primera fase de fermentación se ha completado, se extrae la levadura sobrante y se distribuye la cerveza en barriles. Esto da inicio a la fase secundaria de fermentación en la que la cerveza madura de forma gradual y se enriquece con el dióxido de carbono producido de forma natural. Entre 4 y 11 semanas después, la cerveza ha alcanzado su máximo sabor y está lista para trasvasarse a botellas o barriles.

Más información

Münchener Bier IGP – instrumento jurídico

Indicación Geográfica Protegida

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