Rojo intenso y ligeramente amargo, el Radicchio Rosso di Treviso IGP obtiene su color y sabor característico gracias al agua de manantial.
En Italia se ha consumido la achicoria silvestre durante siglos, pero su transformación desde una humilde flor de cuneta al Radicchio Rosso di Treviso IGP pasa por un cultivo esmerado y selectivo, un proceso de producción innovador y de maestría considerable.

Historia
La verdadera historia del Radicchio Rosso di Treviso está rodeada de mitos, pero la historia más poética sobre su origen podría ser que la primera semilla de achicoria se dejó caer en el tejado de una iglesia, donde la cuidaron los monjes del lugar. Sin embargo, la historia más habitual atribuye su introducción a Francesco Van de Borrem, un horticultor belga que aplicó técnicas de su país de origen a la achicoria italiana. Sea cual sea la verdadera historia, en el año 1900 el Radicchio Rosso di Treviso se había convertido en un producto tan preciado que se organizaban exposiciones para celebrar sus cualidades.
Producción
El Radicchio Rosso di Treviso se cultiva exclusivamente en una pequeña zona del noreste de Italia, concretamente en unas pocas localidades en torno a las ciudades de Treviso, Padua y Venecia, donde puede beneficiarse de numerosos manantiales. Se cultiva tanto en variedad temprana como tardía, que tienen sabores y texturas ligeramente diferentes, y ambas se someten a un proceso similar para obtener el producto final.
Se planta antes de que acabe el mes de julio, y se deja en el campo durante el otoño hasta su recolección. Mientras que la variedad temprana del Radicchio puede recolectarse en cualquier momento después del uno de septiembre, la variedad tardía no puede cosecharse antes de las primeras heladas. Tras la recolección, el Radicchio se limpia y se quitan las hojas exteriores. Después, los cogollos se agrupan en montones o se colocan en redes o cestas. Posteriormente, las hortalizas se almacenan cuidadosamente para evitar daños.
Es entonces cuando la achicoria está lista para ser blanqueada y forzada: un proceso que confiere al Radicchio su color y su textura crujiente. Se coloca en depósitos oscuros y se sumergen los tallos en agua de manantial local, que se mantiene a una temperatura constante. Sin embargo, las hojas no deben tocar el agua. Esto hace que la planta no hiberne y estimula así su crecimiento. La oscuridad del tanque hace que el Radicchio deje de producir clorofila, lo que hace que los tallos se blanqueen.
Hay un último paso antes de que el producto pueda venderse como Radicchio Rosso di Treviso. El Radicchio se prepara exclusivamente a mano retirando las hojas exteriores y cortando el tallo. Esto requiere delicadeza, ya que solo retirando las partes exteriores con cuidado se conseguirá la apariencia característica del Radicchio Rosso di Treviso, y estará entonces listo para la venta.
Más información
Radicchio Rosso di Treviso IGP - instrumento jurídico